Primeras impresiones de Winterfrost Legacy
Beta
Valoración
Gráficos decentes, no hace falta pagar por jugarlo.
Prácticamente igual que cualquier otro RPG de R2Games, aburrido y monótono, combates automatizados, mal funcionamiento.
Estos últimos días hemos dedicado algunas horas a jugar a Winterfrost Legacy, el nuevo RPG gratuito de R2Games. Hemos jugado a muchos de los títulos de esta empresa, y podemos decir, antes comenzar que ya a primera vista el comparte muchas similitudes con sus predecesores. Así que al empezar a probar el juego no teníamos grandes expectativas de que Winterfrost Legacy trajera alguna novedad al género. Tras haberlo jugado 54 niveles, y pese a estar en su beta abierta (aunque sinceramente estas betas no cambian mecánicas del juego, ya que más bien parecen tests para poner a prueba los servidores y eliminar errores mayores) estas son nuestras primeras impresiones del juego.
El juego cuenta con cuatro clases distintas (lo cual es una novedad respecto a las tres a las que nos tiene acostumbrados R2Games), y nuestra elección fue el Chamán, un hechicero que puede ser tanto ofensivo como defensivo dependiendo en qué posición lo coloquemos. Las clases tienen un género predefinido que no podemos cambiar, y tampoco podemos personalizar el aspecto de los personaje, aunque esto ya es clásico en los juegos de R2Games. Tampoco podemos personalizar el estilo de juego de los personajes, pues los puntos de habilidad que conseguimos al subir de nivel se asignan en un orden predefinido, por lo que todos los personajes mejorarán las mismas habilidades o conseguirán los mismos ataques al alcanzar un nivel determinado, lo cual hace que sea muy lineal.
Una vez que tenemos a un personaje, lo primero que tenemos que hacer es reclutar a mercenarios en la taberna (no sabemos por qué en todos los juegos de R2Games los compañeros se reclutan en las tabernas, ya que realmente NUNCA visitamos una taberna en el juego), que iremos desbloqueando a medida que avancemos por la historia del juego. Esto significa que todos los jugadores conseguirán a los mismos mercenarios en el mismo orden, lo cual reafirma la progresión lineal del juego. Otro punto que comparte con otros RPGs similares es que todo está muy automatizado, para ir a una localización tan solo has de seleccionar una opción y el juego te llevará solo a ese punto, aunque teniendo en cuenta lo lineal que es el juego y que no hay nada que explorar, tampoco tiene sentido no usar este sistema.
Y sorpresa, los combates también están automatizados. Los mercenarios de tu grupo luchan por su cuenta, y lo único que controlas es elegir cual está en tu grupo (que irá creciendo a medida que subas de nivel), y cuál es su posición en la formación (frente, medio o retaguardia). Esto es, esencialmente, el aspecto “estratégico” del juego. Volviendo al combate, aunque no controlas sus ataques, a medida que luchan obtienen rabia, a cual les permite ejecutar ataques más poderosos. Lo que si podemos hacer es escoger que habilidades usa nuestro personaje principal, aunque esto no es demasiado necesario, pues si no te interesa también pueden dejar que las elija el juego de forma automática. Lo único que realmente define si ganamos o perdemos un combate es como de bueno es el equipo de los personajes; esto nos obliga a que veces tengamos que “farmear” y mejorar nuestro equipo para poder derrotar a determinados enemigos.
La realidad es que el elemento de “progresión” del juego es falso, ya que la realidad es que los contenidos se repiten una y otra vez, y los distintos modos de juego son en esencia lo mismo; en todos ellos nos enfrentamos a grupos de enemigos hasta alcanzar a un jefe. No hay diferencia, no hay desafío, no hay que pensar, y sinceramente para nosotros no es divertido.
La historia tampoco es mucho mejor, en realidad es la misma historia que podemos ver en cualquier otro RPG de R2Games: una fuerza del bien te elige como el salvador que tiene que enfrentarse y derrotar al gran mal que amenaza al mundo. Otro problema es que en el juego las misiones no tienen demasiada coherencia, ya que pasas a hacer misiones épicas a tener que jugar con una niña al escondite, o tener que recoger madera para una aldea. Así que tras ver esto podemos decir que en este aspecto también es prácticamente igual a cualquier otro RPG de R2Games (aunque tiene unos gráficos algo mejores).
Los gráficos del juego no están nada mal, los entornos son muy bonitos y detallados… y hasta aquí llegan los halagos, ya que parece que la mayor parte del esfuerzo dedicado al juego ha sido para mejorar este aspecto. En cambio los modelos de los personajes y los monstruos están bastante pixelados, y sus animaciones y efectos son bastante torpes y raros. Si combinamos esto con que los tiempos de carga del juego son muy elevados, y hace que los escenarios aparezcan pixelados hasta que se carguen correctamente. Otro aspecto que nos sorprende (para mal) es como un juego para navegador de este tipo tiene lag.
Otro punto que tampoco nos gusta y que acaba siendo muy molesto es que el juego nos bombardea constantemente con botones brillantes que nos dan premios por hacer cualquier cosa. En resumen, la historia, las mecánicas, el combate, en incluso el PvP y las mazmorras, son aburridas y dejan bastante que desear. Sin embargo, sorprendentemente estos juegos atraen a muchos jugadores que siguen jugándolos, lo cual es evidente al echar un vistazo rápido al chat del juego, aunque en nuestro caso, no nos gusta. Hasta ahora la mayoría de RPGs de R2Games son un clon del anterior con un aspecto y una historia algo distinta, y en el caso de Winterfrost Legacy, esto no cambia. Así que en conclusión, si has jugado a cualquier RPG de R2Games, ya sabes que te encontraras con Winterfrost Legacy, así que vosotros ya sabréis si este tipo de juegos os gustan o no.
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