Descubre algunas de las criaturas de Guild Wars Nightfall
Friendware y NCsoft han publicado la descripción y fotos de algunos de los seres más característicos de la próxima expansión de Guild Wars, Factions. A continuación os detallamos su descripción e imágenes.
Las rutas entre las ciudades y los puestos de avanzada son muy peligrosas, ya que están rodeadas por hambrientas criaturas. Bestias irracionales y malignas sociedades de razas enemigas compiten por el control del continente. Mientras que los aventureros experimentados normalmente prefieren evitar a molestas criaturas como los hekets, saurios y dragones, que retrasan a los viajeros con sus continuos ataques, aquellos que no tienen experiencia se lo toman bastante más en serio. Cualquier nuevo Lancero del Sol que patrulle los caminos de Elona debería saber más acerca de los peligros que se esconden en ellos.
Hekets
Los hekets son un incordio para cualquiera que viaje por Elona. Estos anfibios viven cerca de los ríos y lagos, pero también se les puede encontrar vagando en las distantes, desiertas y áridas tierras de la nación. Sin importar en qué territorio se asienten, los heket crecen a un ritmo alarmante. Desde el momento en que nacen, compiten entre ellos por comida, cargándose a los hermanos más pequeños y débiles. Una vez que se vuelven lo bastante fuertes para abandonar el nido, se agrupan y vagan lejos de casa, usando esos mismos crueles instintos para atacar a los incautos viajeros. Cualquier aventurero que se cruce en el camino de un grupo de hekets debería prepararse para defender sus provisiones, y sobre todo su vida. Si no se les detiene, entonces hekets más grandes y más crueles reunirán el coraje necesario para aventurarse cerca de los puestos de avanzada y los poblados y atacar a los humanos. Los humanos opinan que deben mantener a raya a estas poblaciones, aunque sólo sea para sobrevivir.
Saurios y dragones
Son dos de los grandes incordios del paisaje eloniano. Los saurios se reproducen muy rápidamente, mientras que los voraces dragones comen de una forma increíble. En algunas zonas de Istan, los saurios y los dragones son tan numerosos que los jóvenes soldados practican su habilidad con la espada y con el arco despachándolos tan rápida (e indoloramente) como sea posible. En tiempos remotos, algunas tribus elonianas medían la valía de sus guerreros por el número de enemigos que pudieran matar en un día. Pero en la moderna Istan, los Lanceros del Sol han ideado formas de probar las artes marciales y la capacidad de liderazgo; la habilidad de un soldado para eliminar saurios y dragones aún se considera una prueba fiable de si alguien merece ser ascendido.
Algunos dragones de dientes de hierro son lo bastante listos como para cazar cerca de los poblados humanos, buscando compañeros heridos o recién muertos. Un puñado de cazadores que suele acechar estos campos ha aprendido los hábitos de estos territoriales dientes de hierro y consiguieron adiestrarles. Por desgracia, estos cazadores no desvelarán cómo consiguieron hacer esto, y mucho menos cómo vender estas exóticas mascotas, por lo que los aventureros y los héroes tendrán que conformarse con animales de compañía más normales.
Mandrágoras
Parecidas a los devoradores de Ascalon que se ocultan bajo las tierras de Tyria, las mandrágoras acostumbran a salir a cazar en grupos, y siempre atacan por sorpresa. Éstas usan su energía mágica para viajar y esconderse bajo tierra, saliendo a la superficie cuando sienten que hay víctimas cerca. Los devoradores de Tyria, sin embargo, se aprovechan tanto de la miseria como de la debilidad, usando su magia para desmoralizar y reducir la velocidad de sus enemigos. Las mandrágoras no se andan con rodeos, son muy sencillas y arremeten con golpes salvajes mientras chupan la fuerza vital de sus víctimas.
Centauros elonianos
Los centauros de Elona son diferentes a las criaturas medio equinas, medio humanas que se ven al norte de Ascalon. Se asemejan a las gacelas que corren por las llanuras elonianas, y son más leoninas y carnívoras que los centauros de otros continentes, mostrando algunos de los comportamientos sociales de esos grandes felinos; de hecho, a una familia de centauros elonianos se la llama manada o casta.
Estos centauros son los suficientemente civilizados como para tener familias organizadas, historia oral y tratados con otras razas, pero aún así mantienen sus instintos animales. Sin embargo, la búsqueda de territorio continúa siendo un asunto serio, y les sigue preocupando. Ya que los kournianos han extendido sus poblados, han tenido que empujar sus castas hacia el oeste. Recientemente, la tensión entre los seres humanos y los centauros ha aumentado, surgiendo por ello las tristemente célebres campañas de pacificación kournianas. Muchos humanos en Istan y Vabbi no aprueban que haya esclavos centauros en Kourna, pero no tienen forma de evitarlo. Ahora los refugiados y los renegados invaden los asentamientos humanosalgunas veces para sobrevivir, y otras por venganza avivando el odio entre ambas razas.
Arpías skree
Las arpías asaltan a las criaturas más débiles para robarles todo lo que puedan. No se sabe con seguridad si hacen esto por avaricia, necesidad o por regocijarse en el dolor ajeno. Unos pocos videntes vabbianos insisten en que las arpías son unos seres inteligentes y civilizados, pero los aventureros han visto demasiados ejemplos de lo contrario. Robarán comida después de que hayan organizado un festín, tomarán brillantes baratijas sin ningún valor y acosarán durante kilómetros a los peregrinos sin motivo aparente. A las arpías elonianas a veces se las llama skree, y éstas están entre las más despiadadas y crueles del mundo.
A pesar de sus más bajos instintos, las arpías skree son lo bastante organizadas para crear una sociedad primitiva, sometida bajo la voluntad y caprichos de corruptos matriarcados. Una vez que una matriarca arpía pone sus garras sobre un pedazo de tierra, sus descendientes atacarán a cualquiera que pase por allí. Por desgracia, no suelen acertar en su elección de territorio. Los príncipes vabbianos contratan guardianes por muchas razones, pero todos deben estar preparados para la próxima vez que un grupo de arpías explore las afueras de sus fincas.